"A través del espacio circulan corrientes benéficas y Corrientes nocivas, pero si tenéis un aura poderosa, luminosa, las corrientes nocivas se ven privadas de llegar hasta vuestra conciencia para quebrantaros o perjudicaros. ¿Por qué? Porque antes de alcanzaros, deben encontrarse con vuestra aura, y ella es quien se opone a su introducción. Por lo tanto, la calidad de vuestra aura, su capacidad de protegeros, depende de vuestra manera de vivir.
En aquél que se abandona a sus inclinaciones inferiores, su aura se convierte en algo semejante a una ciénaga que sólo atrae influencias oscuras y tenebrosas. Así pues, la cuestión que se os plantea es saber trabajar para que vuestra aura sólo reciba corrientes favorables: no sólo este campo magnético que habéis creado de esta manera os protege, sino que influye favorablemente en los seres a quienes os acercáis.
No saben por qué, pero a vuestro lado se sienten bien. En realidad, lo que sienten, es una presencia, la presencia de seres espirituales que vuestra aura ha atraído."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
"Poned atención en ser comedidos con vuestras palabras, porque incluso aunque no penséis verdaderamente lo que decís de negativo, entidades malignas pueden utilizar el material de estas palabras para realizarlas. Y no podréis reprocharles por ello, ya que es vuestra tarea no proporcionarles los medios para hacer el mal. En ciertos países la gente tiene la costumbre de pronunciar maldiciones; por cualquier cosa maldicen a sus padres, a sus hijos, a sus vecinos... Ésta es una costumbre muy mala, porque estas palabras crean condiciones para la desgracia. Es necesario pues poner mucha atención.
Y es mejor también no terminar jamás una conversación con palabras negativas, porque existe una ley según la cual estas palabras continúan actuando. Aunque os veáis obligados a criticar a alguien, no terminéis con una crítica. ¿Acaso esta persona no tiene por lo menos una cualidad? Entonces, mencionadla y deteneos."