"El primer día de la creación, Dios dijo: «¡Hágase la luz!». Si se pone esta frase en relación con el comienzo del Evangelio de san Juan: «Al principio era el Verbo y el Verbo estaba con Dios y el Verbo era Dios», haremos este descubrimiento esencial: la luz es la sustancia que el Verbo divino, el primogénito de Dios, hizo aparecer para convertirse en la materia de la creación.
Diréis que cuando se contemplan las piedras, las plantas, los animales e incluso los humanos, no se ve por ninguna parte que estén hechos de luz. Sí, porque esta luz en ellos se ha condensado de tal modo que se ha vuelto opaca. Y si se opone generalmente materia y luz, es porque se ignora que aquello que llamamos materia es en realidad luz condensada."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
"Matarse no es la mejor manera de escapar a las pruebas y los sufrimientos. Porque en realidad, después es mucho peor. Nadie tiene derecho a decidir por sí mismo sobre su muerte, es una deserción que deberá ser pagada con otros sufrimientos. No hay lugar arriba para aquél que ha querido marcharse, no es recibido: debe vagar por las regiones inferiores del plano astral durante el tiempo que le quedaba por vivir en la tierra.
La actitud de aquél que decide poner fin a sus días revela que tiene graves defectos. Primero, que es ignorante, porque no ve el motivo de las pruebas que debe sufrir. Luego, es orgulloso porque piensa que sabe mejor que el Cielo las condiciones que merecía.
Finalmente, es débil porque no soporta las dificultades. En resumen: la ignorancia, el orgullo y la debilidad. Y el Cielo está disgustado porque ha abandonado su puesto. El Cielo no puede estimar a aquél que toma la decisión de suprimirse, porque se coloca por encima de los Señores de todos los destinos, y deberá después padecer grandes sufrimientos."
Omraam Mikhaël Aïvanhov
"El Creador ha puesto el fuego, el aire, el agua, la tierra y el alimento a disposición de los humanos… Pero ¿en qué estado se hallan cuando comen, beben o respiran? Por ejemplo, inspiran aire: ¿se preguntan de qué elementos está impregnado este aire en el momento que lo expulsan? Evidentemente será aire viciado. Pero no lo será tanto si se muestran buenos, generosos, llenos de amor, mientras que el aire que sale de los pulmones del malvado lo contamina todo a su paso.
Ya sea el aire, el agua o el alimento, somos responsables de la forma en que hemos impregnado la materia que pasa a través de nuestro cuerpo y que luego expulsamos. La devolvemos a la naturaleza que la transforma y la utiliza de nuevo para su trabajo. El discípulo que quiere participar conscientemente en el trabajo de la naturaleza, se preocupa de devolverle una materia que no esté contaminada con las miasmas de su vida psíquica."
Omraam Mikhaël Aïvanhov