Día tras día los científicos han venido comprobando que el corazón es el órgano más importante en los procesos de despertar de la conciencia del ser humano. Más que el cerebro, en donde rige la razón, en la sabiduría del corazón mora todo el potencial humano.
Escuchar al corazón y actuar de acuerdo con su mensaje es uno de los grandes cambios de nuestra era. El corazón sabe cuando se está en lo correcto. Siente con certeza lo que es adecuado y nos conviene, generando en el cuerpo físico sensaciones de paz, alegría, convicción y regocijo tal que no hay espacio para la duda. En cambio cuando algo no está bien o no es para nosotros, el corazón también nos lo indica y lo que nos hace sentir es desasosiego y malestar.
Al igual que los ángeles, nuestro corazón siempre nos brinda la oportunidad de elegir. No se impone y afortunadamente opera separado del cerebro. Nuestro mundo puede ser tan rígido como lo sea nuestro pensamiento. De manera que en lo posible apártate de lo que te diga la mente y déjate guiar por lo que dicta tu corazón.
Vivir desde el corazón no significa caer en estados de melancolía ni sensiblería. Es elegir y tener la capacidad de ver el amor en todas las personas y las cosas que nos rodean, lo cual eleva nuestra frecuencia vibratoria. Es también amarnos y respetarnos a nosotros mismos, aceptarnos incondicionalmente (como lo hacen los ángeles con nosotros), perdonar, poner amor en todo lo que hacemos (grande o pequeño), fluir y liberar la necesidad de controlar tanto las circunstancias como las personas que nos acompañan.
Las emociones que el corazón genera son de paz y armonía y se dice que su campo electromagnético extiende hasta cuatro metros de buena vibra a su alrededor. Del corazón brota amor y este es el poder más grande con el que contamos los seres humanos. El amor es real; fuimos creados a partir del amor y esta es la energía que maneja el universo.
Dios no está separado de nosotros. Habita dentro de cada uno y obra a través de nosotros mismos. Así que posees una herramienta maravillosa para co-crear lo que te propongas: TU MISMO, con tu esencia de amor y la divinidad que vive en tu corazón. Ahí en tu interior ya se te ha dado todo el conocimiento que necesitas para sentirte pleno y feliz. La llave para accederlo: el amor. Amor propio y hacia los demás.
Permítete sentir amor y exprésalo a tu alrededor. Los ángeles son en esencia seres de luz y amor incondicional y como tal, nos pueden ayudar a sentir el amor de muchas maneras. Si te cuesta demostrarlo, pide a tus ángeles que te den la confianza para hacerlo. Los ángeles son además expertos en dejarnos recordatorios de amor por todos lados. Es nuestra tarea advertirlos y agradecerlos. Esa sonrisa que nos regala un extraño en la calle, la ternura de un bebe durmiendo, las carcajadas de los niños jugando en el parque, la majestuosidad de la naturaleza, el afecto de un niño acariciando a su mascota, el delicioso aroma de una comida especialmente preparada para festejar; son muchos los ejemplos.
Prestar atención a la sabiduría del corazón también tiene que ver con atender la guía celestial que cada uno tiene permanentemente a su disposición, para transcender y sacar adelante sus lecciones de vida. Al confiar en ella, se abren las oportunidades y en sincronía aparecen las personas y los recursos para que se materialicen nuestros sueños.
El corazón y por ende el amor van de la mano con los sentimientos de unidad, pertenencia y de conexión entre todos. Es importante nutrir y fortalecer el corazón con energía y pensamientos positivos de bondad, calidez, inocencia, solidaridad y alegría. Un corazón fuerte es capaz de elevarse sobre las heridas del pasado y la ansiedad por el futuro para ver solo el bien y sentir gozo por el momento presente.
Cada mañana al despertarte envíale amor al día que estás a punto de empezar, a cada actividad que vayas a realizar, a cada persona con la que te encontrarás y a todo aquello a lo que desees transmitir tu energía mas amorosa. Antes de levantarte, regálate un momento y analiza cómo te sientes y con qué tipo de pensamientos amaneces. Si hay alguna sensación de preocupación o insatisfacción, invoca a los ángeles para que te ayuden a hacer conciencia de qué pensamiento negativo la está generando y no te levante de la cama sin haberlo identificado y sustituido.
Por ejemplo: si lo que te está inquietando es que no tienes empleo, en lugar de desesperarte y decirte que no hay trabajo y que ya llevas mucho tiempo buscándolo y no lo vas a encontrar, cambia esa creencia por un decreto (positivo y en presente) como: “Dios es la fuente inagotable de recursos que suple todas mis necesidades. Me siento agradecido porque sé que existe un trabajo satisfactorio y bien remunerado para mí y para el cual estoy preparado. Confío en la infinita sabiduría divina que fluye dentro de mí y en mis ángeles que me orientan y guían hacia ese empleo. Gracias Dios porque yo se que así es”. Siéntelo como cierto y arranca tu día optimista por todo lo bueno que viene.
El amor es esa varita mágica que todos podemos usar para transformar y llevar sanación a cualquier situación o aspecto de nuestra vida. Los ángeles son extremadamente amorosos y en temas del corazón y el amor, los arcángeles especialistas son: Chamuel, Haniel y obviamente el arcángel sanador, Rafael. Invócalos y desde ese espacio de amor de tu corazón estrecha tu relación con los seres de luz. Acepta el poder del amor desde el fondo de tu ser y tu vida cambiará.
Bendiciones de amor y luz.
Referencia: Martha Muñoz Losada.
Terapeuta en Sanación y Canalización con Arcángeles.
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